El estrés es una condición que afecta a la mayoría de las personas hoy en día.
El Dr. Hans Selye (Médico y fisiólogo austriaco, considerado el Padre del estudio del estrés) lo definió como: La respuesta adaptativa del organismo ante los diversos estresores. Lo denominó «Síndrome general de adaptación»
La palabra estrés viene de la palabra griega “stringere”, y significa ‘provocar tensión’.
También podemos recurrir a la definición que nos llega de la física. En este campo, la palabra estrés (stress) hace referencia a la fatiga de los materiales, es decir, a la presión que ejerce un cuerpo sobre otro.
Y ¿qué entendemos por estresores? Son las circunstancias, situaciones imprevistas o contrariedades, condiciones personales, profesionales… que nos sobrevienen en la vida, y que percibimos consciente o inconscientemente como una amenaza, dificultad, etc. En definitiva aquellas que vivimos como algo negativo.
No es raro que en el consultorio escuchar de mis pacientes las siguientes frases:
“ Dr. yo tengo gastritis nerviosa”
“ Dr. ayer me enoje y el enojo me fue a dar al colon”
“ Mi mama enfermo del colon desde que mi papa murió”
“ Me quede sin trabajo y desde allí iniciaron mis molestias”
El estrés es una reacción fisiológica del organismo ante una situación que se percibe como amenazante o con una excesiva demanda.
En principio es un mecanismo de protección por el que el organismo trata de responder de forma adecuada a dicha situación. Ante ciertas situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes es una respuesta natural y automática de nuestro cuerpo. El que sea automática
no significa que no se pueda modificar.
¿Cómo responde nuestro organismo al estrés?
Como una respuesta ante el agente estresor ( sea este físico o psicosocial) nuestro cuerpo pone en marcha la interacción de varios sistemas entre ellos nuestro Sistema nervioso Central (cerebro) Sistema nervioso simpático (nervios periféricos) y sistema endocrino (hormonas) con la consecuente producción de sustancias químicas que producen diferentes efectos en diferentes órganos del nuestro cuerpo.
Estómago: la respuesta fisiológica mayor vista es el aumento en la producción de ácido clorhídrico lo que podría provocar aumento en el reflujo gastro esofágico y aumento de los síntomas de gastritis. También se ha relacionado con disminución del flujo sanguíneo a la mucosa gástrica y disminución de la producción de bicarbonato, mecanismos de defensa normales del estomago. Antes del descubrimiento del Helicobacter pylori, el estrés era considerado el principal factor de riesgo para el desarrollo de úlcera péptica.
Intestino grueso: es quizá el órgano blanco por excelencia del estrés. El estrés es el principal factor para desarrollar el Síndrome de intestino irritable (colon irritable) o en aquellos que ya tienen el diagnostico es la causa de recaídas y exacerbación de los síntomas, principalmente
aumento del dolor por aumento en la sensibilidad y aumento de las alteraciones en el habito intestinal como estreñimiento o diarrea según sea el caso.
¿Qué podemos hacer ante el estrés?
Si el factor estresante es modificable pues hacer lo que esta a nuestro alcance para evitarlo, aunque en general algunos factores o circunstancias no podemos modificar tan fácilmente. (ej. cambiar de trabajo).
Se recomienda realizar entonces, actividades donde se pueda liberar estrés, principalmente aquellas relacionadas a una actividad física o de movimiento por ejemplo: practicar algún deporte, ejercicio, caminata al aire libre, bailar, yoga. También puede ser pasatiempos como: la lectura, tocar algún instrumento musical, jardinería, viajar y compartir con amigos y familiares.
«No es el estrés lo que nos mata, es nuestra reacción al mismo» Hans Selye
Dr. Alejandro Velasco – Gastroenterólogo
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